Es una ceremonia doméstica con mucha
tradición. Es la más entrañable y esperada por todos los niños.
El Tió es un tronco de madera que
antiguamente se quemaba en las chimeneas de las casas para dar calidez.
Simbólicamente además de calor ofrecía regalos a los pequeños.
Consiste en un tronco al que se le
añaden unas patas, se le dibuja una cara en el tronco, se le suele
colgar una barretina a modo de cabeza.
Llega a los hogares unos días antes
de Navidad; se le coloca en el comedor y se le da de comer
imaginariamente algarrobas o pan seco y agua y se le debe cuidar para
que la Nochebuena o el día de Navidad ofrezca sus regalos a los niños.
El día señalado se pone el Tió con
una manta encima, los niños, con palos, le golpean con fuerza mientras
cantan una canción y al grito de "caga tió" les ofrece los regalos.
Una de estas canciones típicas es:
"Pare nostre del tió
bon Nadal que Déu nos do
ara vénen festes, festes glorioses,
dones curioses, renteu los plats,
renteu los bé que Nadal ja ve
Torrons d'avellana, torrons de pinyó
¡¡¡Caga tió!!!"
Según la tradición tales poderes le
fueron otorgados la noche en que nació Jesús, cuando unos pastores se
encontraron sin ningún presente para ofrecer al Niño; le dieron sus
alimentos y ellos se quedaron sin nada. Cuando pararon a descansar se
sentaron sobre un tronco y de él salieron todo pipo de alimentos. |