Estaba
pensando en la última Noche de Reyes. Parece mentira, que a mi edad,
llegue esa noche y yo me vaya a la cama nervioso. Será porque es una
noche mágica. Ya sólo con ver la cabalgata de Reyes se le pone a uno una
emoción en el corazón extraordinaria. Quizá tenga que ver con las
caritas de los niños maravillados al ver pasar a sus Majestades por las
calles de sus ciudades y pueblos. Pocos sabrán que la Cabalgata
simboliza el viaje que hicieron los Magos para ir a ver al niño Jesús.
Ya que estamos hablando de los Magos,
podríamos relacionar aquí las costumbres que por el mundo seguimos
teniendo la noche y el día de Reyes.
En España, Alemania (en Baviera,
Baden-Württemberg y Sajonia-Anhalt) el día 6 de Enero, fiesta de la
Epifanía es un día festivo oficial. El día también es festivo en toda
Austria, Italia, Suecia, Finlandia, Croacia, Liechtenstein, Eslovaquia y
en partes de Suiza (Schwyz, Tessin, Uri y algunas comunidades de
Graubünden).
También tenemos la costumbre, como en
algunos países de Latinoamérica de hacernos regalos, sobre todo a los
niños. Recordando así que los Magos llegaron a ver al niño con
presentes de Oro, Incienso y Mirra.
Yo creo que el llamarlo día de Reyes, es
además por que es el día en que los reyes de la casa adquieren todo el
protagonismo.
Algo que no puede faltar es la Carta a los
Reyes Magos. Todos sabemos lo buenísimos que hemos sido a lo largo del
año, y tenemos que contárselo a los Reyes para que no se les olvide ni
un solo juguete de los que les mandamos en una larga lista. A veces
demasiado larga.
Pensando
en que han de visitarnos, es un detalle por nuestra parte dejarles algún
tipo de dulce, algo para que calmen la sed, y para que les den a los
pobres camellos que bastante trabajo tienen esa noche. Por cierto, en
Puerto Rico, los niños de dedican a recoger césped o grama en los
jardines durante el día anterior y lo ponen en una caja de zapatos
debajo de la cama. Este césped o grama, sirve para dar de comer a los
camellos. A cambio, los Reyes dejan regalos a los niños. Antiguamente,
solían dejarse los zapatos en el balcón o en la ventana para que al
verlos, los Reyes dejasen en ellos los regalos.
¿Regalos? Si, pero para los que han sido
buenos. Para los que no, carbón. Antes era de verdad, ahora casi
siempre, es de azúcar.
Tanto hablar me ha abierto el apetito…
¿qué podríamos tomar un día tan especial? Antes, hace muchos, muchos
años, se comía un pastel, en el que se metía un haba y una moneda de
plata. Al que encontrase la moneda, le tocaba organizar los juegos para
la fiesta. Ahora, y esto me apetece más, nos comemos un roscón de Reyes.
Que es una rosca más o menos grande, aromatizada con azahar y que lleva
por encima frutas escarchadas y almendras fileteadas. Por dentro, puede
no tener nada, o nata, o trufa, pero lo que no puede faltar es la
sorpresa; que suele ser una figurita. Pero no vale hacer trampas. Aunque
en mi casa soy famoso por hacerlas, he prometido no hacerlas (al menos
hasta el próximo año).
En Méjico, también tienen roscón de
Reyes, pero ellos ponen dentro varias figuritas del niño Jesús. Es
costumbre que el que al partir el roscón encuentre alguna invite a los
demás a una merienda con tamales el día de la Candelaria, que es el 2 de
febrero.
En Perú, el día de reyes se celebra la
Bajada de Reyes, que es una pequeña fiesta, en la que se reúnen las
familias, o las comunidades, incluso las empresas, para desmontar el
belén.
Yo creo que se me quedarán alguna en el
tintero, pero al menos hemos aprendido cosas que antes, al menos este
que os escribe, yo no sabía.
Ahora toca ser buenos, que ya sabéis lo
que pasa si no…¡¡Carbón!! |