Al igual que el
encendido de luces en el solsticio de invierno, la Misa del Gallo es
otra evolución de la festividad pagana. Proviene de los ritos de los
templos de Jerusalén, en el que los católicos celebraban tres misas el
día del Nacimiento de Cristo: una en la noche, en la Cueva de la
Natividad, santificando el Nacimiento; otra de madrugada como signo de
la Resurrección y una tercera en el Templo, justo a la hora del canto
del gallo, siendo ésta el oficio solemne del día.
La primera Misa del
Gallo como tal, fue
celebrada en Roma en el siglo V por el Papa Sixto III. |