Adornar con luces
tanto las calles como nuestros propios hogares, son tradiciones
realmente antiguas.
Como muchas otras,
parte de una festividad pagana en la que se hacía referencia a la
disminución de las horas de luz solar. Durante el solsticio de invierno,
cuando las horas de luz solar son más cortas se encendían luces y
hogueras para ayudar al sol a ganar su particular batalla contra la
oscuridad.
Cuando la batalla
estaba ganada y el día volvía a alargarse se adornaban los hogares con
coronas y guirnaldas verdes y rojas para celebrar la victoria. |