Durante la Navidad,
las casas se decoran con plantas de hoja perenne: acebo, muérdago,
abeto... Conservan el color verde de sus hojas durante el frío invierno
por lo que simbolizan la vida eterna.
El acebo,
además de simbolizar la vida eterna también es símbolo de buena suerte.
Protege contra todo mal, plantar acebo en el jardín de nuestra casa la
protegerá del fuego, de los relámpagos y de cualquier hechizo realizado
en nuestra contra. Si no queremos atraer la mala suerte, evitaremos
quemar acebo o aplastar sus frutos.
El muérdago es
la más misteriosa de las plantas navideñas y desde antiguo es
considerada como planta sagrada. Su nombre celta significa "curalotodo".
Según el historiador
Plinio, los Druidas celebraban una ceremonia en el solsticio de invierno
para recolectar esta planta. Crece entre las ramas de los árboles sin
tocar el suelo.
La tradición manda
besarse en Navidad bajo un ramo de muérdago para asegurar la felicidad
de la pareja. |