Empecé a hacer belenes ya de muy pequeño,
eso si, los tradicionales, esos que llevan un poco de arena o tierra,
musgo, corcho natural, y papel de plata para los estanques y ríos a
parte de una mezcla de figuras de lo que hoy en día se dice de todo a
1€, pero eso daba igual, la ilusión con que hacia el Belén crecía
conmigo cada año.
Tuve
un parón bastante grande durante unos 10 años (la edad del pavo que la
llaman), y ya con los años volví a retomar esta afición, con más fuerza
que nunca, primero por Navidad, luego ya unos meses antes, y ahora
durante todo el año, cuando mis obligaciones me lo permiten.
El primer Belén, digamos
de mi nueva etapa como belenista, fue un diorama encastrado en una
ventana. Al año siguiente ya hice uno de cajón, que lo puse dos o tres
años seguidos con ligeras mejoras. Los dos años siguientes hice unos
belenes a medias tintas entre Belén abierto y diorama. Estas Navidades
pasadas hice un Belén abierto, pero hay que reconocerlo, me convencí de
que no era mi especialidad.
Mis figuras también han
ido evolucionando, en mi nueva etapa belenista, empecé con las figuras
de todo a 1€, luego pinté un nacimiento que lo puse una serie de años,
hasta ahora, que desde hace un año y medio estoy haciendo la colección
de J.L. Mayo de la Editorial "Del Prado".
Actualmente me dedico a hacer dioramas, ya que siempre he tenido la
convicción de que son más difíciles de realizar que los belenes abiertos
por la cantidad de detalle que contienen, y son todo un reto año tras
año.
Siempre he creído que si
se puede usar materiales naturales no hay que imitarlos, para qué
porexpán para hacer una viga de madera si la puedes hacer de madera, eso
si, también uso nuevos materiales para hacer distintas cosas, no todo se
puede encontrar en miniatura y por comodidad lo uso.
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