Su
padre, también pintor, es quien le proporciona su primera formación
artística; se traslada a Madrid donde fue introducido en la pintura
neoclásica de la mano de Felipe de Castro.
Pudo terminar su formación en la Real Academia de Bellas Artes de San
Fernando y, gracias a su familia y tres premios obtenidos en la
Academia, pudo viajar a Roma para reforzar su gusto "academicista".
Al regresar a Madrid, trabajó en la remodelación del Palacio Real e
ingresó como Académico de la Academia de San Fernando de la que sería
posteriormente Director General y en 1774 es nombrado pintor de cámara,
donde le fue reconocida su excelente forma de pintar retratos.
Trabajó también en patrimonio real, en los sitios de La Granja de San
Ildefonso, el Palacio del Pardo y el Palacio de El Escorial, así como en
la decoración de las catedrales de Toledo y Burgo de Osma con trabajos
al fresco.
Incrementó sus trabajos como retratista Real y elaboró patrones para la
Real Fábrica de Tapices.
Con la caída de la casa de los Borbones, a la llegada de José I en 1799,
continuó al servicio de la monarquía como Primer Pintor de Cámara,
custodio y restaurador de todos los Reales Sitios; si bien al regreso de
los Borbones, fue acusado de afrancesado y apartado de todos sus cargos
vinculados a la monarquía e incluso a los de la Academia de San
Fernando.
De su extensa obra destacamos la obra "La Sagrada Familia", pintada en
1793 y que se conserva en la catedral de Jaén. |