Mientras esperábamos a Francisco, Florita me contó la historia
de los Reyes Magos:
"Nadie sabe aún exactamente qué fue lo que les hizo mirar al
cielo por aquellos días. Pero fue toda una suerte que lo
hiciesen porque el anuncio que ellos vieron en el cielo no era
cualquier cosa, sino el acontecimiento que hizo que la historia
de la humanidad cambiase para siempre.
Sucedió de repente, y mucha gente de diferentes países, se dio
cuenta de que en el cielo se estaba escribiendo algo
extraordinario.
Hubo entre aquellas personas sabios que se dedicaban a estudiar
el movimiento de las estrellas, algunos le dieron paca
importancia y miraron para otro lado, otros pasaron las noches
haciendo cálculos y escribiendo lo que veían: una estrella
nueva.
Una estrella que brillaba mucho más que otras, y que parecía
moverse con el transcurso de los días y de las noches, porque
siempre aparecía un poco más lejos, y al comparar los mapas del
cielo, se dieron cuenta que la estrella avanzaba, pero nadie
sabía donde.
De entre todos aquellos sabios, que en algunos países eran
llamados también magos, se contaban tres reyes.
Aquellos reyes, decidieron viajar siguiendo la estrella, y cada
uno emprendió camino, acompañados de sus sirvientes, de sus
consejeros, cada cual con decenas de animales cargados con
enseres para un largo viaje.
Y después de muchos días de viaje, se vinieron a encontrar los
viajeros en un oasis.
Venía el rey Melchor con una caravana de camellos de dos
jorobas, el rey Gaspar con sus jinetes montando magníficos
caballos y el rey Baltasar, de piel oscura bajó del dromedario
blanco que lo transportaba, y rodeado de su séquito, les dio a
todos la bienvenida:
- Hermanos viajeros, os doy la bienvenida a mi país. Os ofrezco
el frescor del agua de este oasis en la frontera de mi tierra y
la dulzura de los dátiles de sus palmeras.
- Entremos en mi tienda, que ya está dispuesta y hablaremos allí
-dijo el rey Gaspar.
Una vez se hubieron sentado les sirvió queso, leche y dátiles. Y
después de haber comido y compartido todos la comida, se
retiraron los criados quedando los sabios a solas.
- Vengo de lejos -dijo Melchor extendiendo un mapa- He trazado
un mapa del cielo siguiendo una señal, una estrella. La estrella
avanza y según mis cálculos, me conduce hasta tierras extrañas
de las que desconozco su nombre.
Al oír aquello, Baltasar y Gaspar se miraron sorprendidos, y
dijeron casi a la vez que ellos también viajaban siguiendo la
estrella.
- Esas tierras, pertenecen al país de los judíos, que se llama
Judea -señaló Baltasar- Yo también sigo la estrella y por lo que
veo, en la misma dirección que tú, hermano Melchor, pero aún no
sé el motivo. Tan sólo siento en mi interior una fuerza que me
obliga a seguirla y tengo la seguridad que encontraré algo
maravilloso.
El rey Gaspar, seguía las explicaciones de Baltasar con atención
y añadió:
- Sigo la estrella hacia Judea, pues según una antigua profecía,
el nacimiento de un gran Rey sería anunciado en el cielo. No he
podido evitar seguirla, así como ha ocurrido a vosotros y puesto
que nos hemos encontrado, os propongo continuar el viaje juntos.
Y según habían dispuesto, abandonaron el oasis en una larga
caravana de dromedarios, camellos y caballos hacia donde la
estrella les llevaba".