El
belén de Trebechovice (Bohemia Oriental) es el belén checo más famoso.
Sus autores, el tallista Josef Kapucián y el labrador y ebanista Josef
Probost, encargado de la composición, trabajaron en él durante cuarenta
años, logrando tallar con extraordinario realismo sus figuras, cuyas
fisonomías, vestuario y actividades reflejan fielmente las de los
habitantes de la región: mineros que extraen carbón, el herrero que
martillea una pieza sobre el yunque, zapateros remendones, un barrilero
da vuelta a un barril y con la cabeza inclinada golpea los aros...
Sus dimensiones son: 7m de largo por 3m de
ancho y su altura es de 2m. Está compuesto por 2.000 piezas talladas en
madera, de las que 373 son figuras no policromadas, 180 son estáticas,
120 se mueven en cintas y 51 imitan los movimientos de las personas que
se dedican a diversas labores domésticas o del campo. Otras 1500
representan a animales, árboles, casas, montañas, herramientas,
instrumentos musicales...
Para la elaboración de las figuras en
movimiento fue imprescindible la colaboración de Josef Friml, que se
encargó del diseño de los mecanismos.
Tras la muerte de sus creadores, el belén
acabó abandonado en un pajar, siendo rescatado por el director de la
escuela local y por otros entusiastas que se encargaron de su
restauración. En 1935 pudo ser nuevamente expuesto en Praga, Bratislava
y otras ciudades del país. Y en 1967 la obra fue presentada en la
exposición mundial de Montreal y posteriormente en Holanda y Londres.
En el
Museo del Belén de Trebechovice
están expuestos otros cincuenta nacimientos, entre los que destacan un
nacimiento de cristal checo, un nacimiento de piezas recortadas de papel
y el llamado belén de los oficios desaparecidos.
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