Grupo religioso y político judío
formado en los últimos siglos antes de la era cristiana y que se
caracterizó por sus fuertes tendencias integristas y ortodoxas. Se
oponían radicalmente al dominio extranjero sobre Palestina y
defendieron su libertad contra los romanos incluso con su propia
vida.
En sus comienzos no formaban un grupo
organizado, sólo eran grupos clandestinos, con intereses sociales
precisos, con inspiración religiosa, impacientes de liberar a Israel
de la dominación romana. Los romanos los llamaban "ladrones" y los
consideraban simples bandidos, escondidos en las montañas, que
aprovechaban las circunstancias, sobre todo en las festividades,
para llevar a cabo sus fechorías.
Su fanatismo confundía política y
religión que expresaban con actos de terrorismo dirigido no sólo
contra los romanos, sino también contra los judíos que ellos
consideraban poco religiosos o colaboracionistas con la intención de
disuadir al resto del pueblo judío. Se consideraban a sí mismos como
instrumento de la Venganza de Dios en relación al culto y el
sacerdocio, querían purificar el Templo de la corrupción y las
injusticias; buscaban purificar el país, contaminado especialmente
por la ocupación romana. Para ello no dudaban en llevar a cabo
acciones revolucionarias violentas: robaban, sobre todo a los ricos,
secuestraban personajes importantes y, si era preciso, llegaban
incluso al asesinato.
Actuaron sobre todo en Jerusalén,
donde llevados del celo por la Ley judía dieron muerte a los
considerados colaboradores de Roma, fortificaron el Templo y dieron
diversos pasos en contra de los intereses romanos, esperando que
todo ello sirviera para acelerar la inmediata venida del Mesías.
Al parecer, formaban un grupo distinto
del de los "sicarios" (nombre que recibieron por el puñal "sica" que
llevaban), de ideas relativamente próximas. Los expertos se dividen
al identificar como "sicarios" o más bien como "zelotas" a los
judíos que se hicieron fuertes en la fortaleza de Masada, hasta su
caída definitiva en poder de los romanos en la guerra del 66 al 73.
Tras la destrucción del Templo de
Jerusalén y la caída de Masada, estos grupos desaparecieron.
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