El viajar
implicaba un gasto muy alto y un gran peligro, con lo que sólo se
hacía si era estrictamente necesario y aprovechando el verano para
evitar las duras inclemencias del invierno.
Los caminos
estaban llenos de peligros: ríos, ladrones, desiertos, hambre,
frío... Es por ello que viajaban en grupos para ayudarse unos a
otros y siempre acompañados de un guía, cuyo cometido era conocer el
camino, localizar pozos y manantiales donde poderse abastecer de
agua.
En ocasiones los
viajes se hacían a pie, aunque si el viaje era demasiado largo se
hacía a lomos de caballos, mulas, asnos y, si debía cruzarse algún
desierto, de camellos. Solían hacerse jornadas nocturnas, de ese
modo se evitaba tanto el calor como el asalto de ladrones.
Cada viajero
llevaba su propio alimento: pan, grano tostado, olivas secas, higos
secos y dátiles.
Las posadas
Eran parajes en
los que los viajeros pasaban la noche.
En ocasiones el
mesón tenía mesonero, su obligación era la de suplir algunas
provisiones necesarias para los viajeros que pasaran la noche en la
caravanera.
El edificio para
las caravanas era grande, por lo general se localizaba dentro de la
ciudad, aunque algunas veces servía de abrigo en el desierto. El
patio del edificio servía para desmontar o descargar los animales,
así como para su cuidado. Los viajeros eran acomodados en los altos
del edificio. Si la caravanera era de una sola planta, tanto
viajeros como animales dormían juntos.
Viajes por mar
Estos viajes
tenían sus inconvenientes: los marineros no tenían cartas de
navegación o brújulas para guiarse, las tempestades causaban grandes
demoras y en invierno era imposible la navegación por el
Mediterráneo pues los puertos estaban cerrados.
Los barcos que
transitaban por el Mediterráneo se guardaban tan cerca de la costa
como les era posible. Las rutas, por tanto, eran a lo largo de las
costas o de un promontorio a otro.
El tamaño de los
barcos era demasiado pequeño, lo que obligaba a que los pasajeros
bajasen a tierra para pasar la noche y encontrar un lugar donde
dormir y regresar al barco a la mañana siguiente.
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