En tiempos
antiguos, la esclavitud existía en todas las partes del mundo. Los
esclavos no tenían persona ni derechos legales y eran tratados como
propiedad de sus dueños. Así nos lo confirma el testimonio más
antiguo de esclavitud, la legislación de Hammurabi, en el que se
regula la cotización y trato de los esclavos en Mesopotamia. Es el
llamado "derecho esclavista", en el que se contempla como se ha de
proceder con los esclavos huidos, cuál es la compensación exigida
por la lesión de un esclavo, etc. Así pues, dicho derecho no era el
derecho de los esclavos, sino sobre ellos. Sin embargo, y por
inhumana que fuera esa esclavitud, debemos tener en cuenta que a
veces era una alternativa a la masacre de poblaciones enemigas en
tiempos de guerra y a la falta de alimentos que sufrían los pobres
durante épocas de hambruna.
El esclavo aparece
en la Biblia como un miembro más de la familia; podía ser comprado,
como lo fue la egipcia Agar, esclava de Sara y a la que Abraham hizo
madre de Ismael; o haber nacido en la casa, como fue el caso de
Eliézer, administrador de Abraham.
Otro tipo de
esclavitud era la "esclavitud por deudas o voluntaria". Esta se dio
de forma ocasional. Los judíos podían ser alquilados por sus propios
hermanos como sirvientes, pero no se les permitía ser "esclavos de
cautiverio". Tal esclavitud era de ordinario tenida con los pobres a
causa de las deudas que no podían pagar. Tal esclavo podía ser
redimido por sus parientes en cualquier tiempo. Si no era redimido,
era puesto en libertad después de siete años de trabajo y se le
enviaba con presentes. Por amor a su amo, el esclavo podía optar por
no ser puesto en libertad y así convertirse en esclavo de su amo de
por vida.
Otra forma de
esclavitud se deduce de Mateo 18:30 y 34; cuando la suma adeudada
era tan pequeña que no justificaba la venta de un hombre. El esclavo
por deudas era arrojado en prisión (calabozo de deudores) para que
pagase con su trabajo.
En el caso de los
robos el ladrón estaba obligado a restituir el bien sustraído; si no
podía hacerlo, el perjudicado podía venderlo o arrojarlo en el
calabozo de deudores. El préstamo no devuelto era considerado como
un bien robado y no restituido.
Protección de los esclavos
El Código Mosaico
tiene varios reglamentos que protegen los derechos y privilegios de
los esclavos. Por ejemplo, la ley del esclavo fugitivo era favorable
a los esclavos y fue elaborada para protegerlos de la opresión (Deutoronomio
23:15, 16). Todos los privilegios religiosos de que gozaban los
israelitas libres, estaban asegurados también para sus esclavos,
incluyendo el descanso del sábado, el derecho para asistir a las
fiestas nacionales, para participar en las reuniones del pueblo,
para oír la lectura de la ley, etc.
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