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ENFERMEDAD Y MUERTE

 

En el Antiguo Testamento,  las familias hebreas podían esperar las promesas que Dios originalmente les había dado acerca de la salud del cuerpo. Es decir, la salud fue prometida con la condición de la obediencia a la Ley de Dios. "Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto ante sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador" (Exodo 15:26).

Del mismo modo la ley también les enseñó que las enfermedades podían esperarse cuando la ley de Dios era desobedecida. En el Deuteronomio, capítulo 28, se da una lista de las muchas maldiciones que vendrían sobre el pueblo de Israel por causa de la desobediencia.

En caso de enfermedad normalmente no acudían a los médicos, sin embargo, si oraban al Señor por el sanamiento de las enfermedades bajo la dispensación de la ley. En tiempos de Jesús seguían sin tener mucho conocimiento científico de la medicina. Se seguía creyendo que las enfermedades eran causadas por el pecado del enfermo o sus parientes y que venían como castigo por ello. También se atribuían las enfermedades a los demonios, por lo que cuando sanaban era como resulta de la expulsión de dicho demonio del cuerpo.

Tan pronto como la muerte se había manifestado se oía un lamento que anunciaba a todo el vecindario lo que había acontecido. Desde que se oía este lamento de la muerte hasta que se realizaba el entierro, los parientes y amigos continuaban con su lamentación.

Los profetas hebreos mencionan a los llorones profesionales, a los que se llamaba en la hora de tristeza para expresar el luto por los muertos "Llamad plañideras que vengan... dense prisa y levanten llanto sobre nosotros" (Jericó 9:17,18).

El rito de "desgarrarse las vestiduras" era una manifestación de duelo. Se hacía rompiendo en dos, de arriba a abajo, el sobrevestido o manto. Los vestidos desgarrados se colocaban a veces sobre la vestimenta que expresaba el duelo, en el caso de que se llevase. Las partes no volvían a coserse. Posteriormente, los doctores de la ley reglamentaron con toda precisión el rito: los casos en que era obligatorio rasgar el vestido, cuándo había que hacerlo y cuándo no. Con frecuencia el gesto no pasaba de ser un pequeño desgarrón en el pecho.

El vestido de duelo en la Biblia era el saco. El "sak" hebreo era una tela tosca, filamentosa y de pelos que, como vestido de duelo, cubría la parte inferior del cuerpo fijándola con un cinturón.

El entierro, a poder ser, se efectuaba el mismo día de la muerte.  El difunto era depositado sin caja sobre un banco en el interior de la cámara funeraria. Para un enterramiento, como lo exigía el uso en tiempos de Jesús, no sólo se requerían grandes cantidades de ungüentos, sino también costosos paños y vendas de lino. Los portadores del cadáver se cambiaban dos veces en la marcha hacia la sepultura, con el fin de permitir al mayor número posible de personas que participasen de modo activo en la obra de misericordia que era enterrar a los muertos. En cada uno de los cambios los grupos de plañideras elevaban el tono y la fuerza de sus lamentaciones.

Con los cantos fúnebres, así como con el embalsamamiento generoso se creía que se podía "retener" el alma del difunto. Es decir, mientras no aparecían los signos de descomposición o no se podía percibir el olor de la misma, se creía que el alma del muerto continuaba en las proximidades del cadáver.

Las tumbas se abrían a menudo en la pared de la roca. Pero se enterraba sobre todo en cámaras sepulcrales, las cuales no eran exclusivas de las familias acomodadas. Eran raras las tumbas individuales, aunque parece que la tumba de José de Arimatea, en la que fue colocado Jesús, era de tipo individual. Por lo general se trataba de cámaras funerarias con bancos sobre los que se descomponía el difunto. Terminada la descomposición de los cadáveres, los restos se recogían en cajas y se depositaban en un osario, quedando libre de nuevo la sepultura.

 
Autor Faxcinatrix
Fuentes - Historia de la Cultura en la Biblia
- Manual de Usos y Costumbres de las Tierras Bíblicas
Imágenes - World Missionary Press
 

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