Es la base de la comunidad y la
cultura comunitaria.
La familia consta ante todo del padre
y de sus hijos e hijas. Las mujeres del padre y de los hijos también
pertenecían a la familia pero, dado que éstas podían ser expulsadas
de la familia, estaban ligadas a ella pero no formaban parte de la
misma.
El padre
Es el jefe supremo. Cada tribu,
comunidad, familia... debe tener un padre como cabeza de grupo. Su
autoridad se extiende a su mujer, hijos, nietos, siervos y a toda la
familia, y si él es el jefe su autoridad también se extiende a la
tribu.
En la mayoría de los casos la
autoridad que el padre tenía era pasada a su hijo mayor quien tomaba
su puesto de jefe a la muerte de su padre.
La mujer
Tiene una posición subordinada a la
del esposo, al menos en las labores hogareñas. Los hijos le muestran
casi el mismo respeto que hacia el padre.
Los hijos
Los niños son siempre más deseados,
pues existe la tendencia de aumentar de tamaño, riqueza e
importancia a la familia. Cuando crecen y se casan, traen con ellos
a sus esposas al hogar y los niños de tales uniones se perpetúa en
la casa del padre; los hombres aumentan la casa, las mujeres la
menguan.
Al nacer se les baña y frota con sal;
con sus piernas juntas y sus brazos a los lados, es envuelto
apretadamente con bandas de lino o algodón. La venda también pasaba
bajo la barbilla y sobre la frente.
Los niños eran circundados a los ocho
días de nacer, como signo permanente de la alianza establecida por
Dios con Abraham (Génesis 17:10).
Después del nacimiento, la madre
pasaba un período de purificación de siete días por un niño; y de
catorce si era niña. Aún así, después permanecía en casa treinta y
tres días por un niño y seis por una niña. Entonces ya podía ir al
templo para presentar las ofrendas por el nacimiento del pequeño. Si
era rica llevaba un cordero como ofrenda, pero si era pobre
ofrendaba dos pichones jóvenes o un par de tórtolas.
Era costumbre muy común incluir el
nombre de Dios como parte del nombre del niño, así por ejemplo:
Daniel.-
"Dios es mi juez" |
Elías.-
"Mi Dios es Jehová" |
Ezequiel.- "Dios fortalecerá" |
Los nombres dados a las niñas, con
frecuencia eran tomados de objetos hermosos de la naturaleza o
gracias agradables.
Raquel.- "Cordero" |
Salomé.- "Paz" |
Débora.- "Abeja" |
El cuidado y educación de los niños
durante los primeros años era labor de la madre; las niñas quedaban
bajo el cuidado de la madre hasta que se casaban.
La obediencia a los padres por los
hijos era requerida en la ley mosaica; un hijo rebelde y
desobediente podía ser castigado hasta con la muerte.
El primogénito
El derecho del primogénito es un
derecho originario, que en muchos aspectos ha hecho historia y que
también ha influido en las ideas religiosas.
Esto aseguraba al primer nacido del
padre de familia una doble parte en la herencia; así pues el
primogénito figuraba en el reparto de la herencia computado como dos
hijos, y ello para que el anciano y señor de la familia disfrutara
de mayor prestigio y poder.
Sobre su primogénito el patriarca
pronunciaba una bendición especial antes de morir, que no sólo se
refería al éxito del trabajo y multiplicación de las posesiones,
sino que sobre todo sancionaba el status dominante del primogénito
constituyéndolo como señor de sus hermanos y bendiciendo su dominio;
se le deseaba la protección de la divinidad y la bendición divina
para su fuerte brazo, con el fin de que mantuviera la paz.
Los ancianos
En la época de los patriarcas, el
anciano del clan formaba un grupo de ancianos con los cabezas de las
familias pequeñas. Era el "Consejo de Ancianos".
La influencia de los ancianos en la
vida política varió según las épocas. Antes del período monárquico
eran los verdaderos dirigentes de las ciudades y aldeas.
David se hizo elegir rey por los
ancianos de las tribus meridionales, como asamblea popular, y más
tarde también por los ancianos de las tribus del norte. Salomón hubo
de respetar los derechos de gobierno local de los ancianos. Cuando
éste murió los ancianos presentaron un programa a Roboam, hijo y
sucesor de Salomón señalándole como querían ser gobernados; y fueron
los ancianos de las tribus septentrionales los que, descontentos con
su respuesta, provocaron la separación de los reinos.
Con el cargo de anciano del clan
también iba unido el de juez.
Ya en tiempos de Jesús todo
asentamiento que contase al menos con 120 varones adultos tenía que
tener un pequeño consejo (sanhedrin), compuesto de 23
miembros.
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