La verdadera riqueza agropecuaria del
nómada y seminómada consistía en los rebaños de ganado menor, ovejas
y cabras. Con frecuencia era el miembro más joven de la familia
quien se hacía cargo del ganado, ya que para ello se requería menos
esfuerzo físico que para las labores del campo, es decir, arar,
sembrar y levantar la cosecha.
Se utilizaban rediles para reunir y
proteger al ganado. En ocasiones eran construcciones temporales que
podían desbaratarse fácilmente para desplazarse. Otras utilizando
una cueva de las que abundan por el país construyendo en la entrada
de esta una pequeña cerca con piedras apiladas sueltas haciendo una
pared circular con espinas en la parte superior.
En otras ocasiones los rediles eran
permanentes. Eran construidos por el pastor en un valle, o en las
laderas soleadas de las lomas, donde halla protección de los fríos
vientos. Su construcción era de arcos enfrente y una pared formando
el cerco exterior unido a la construcción, permitiendo así que en
las noches pueda refugiarse el ganado a cubierto.
La oveja daba leche y lana y, como
animal de matadero, grasa y carne, así como de los carneros también
se aprovechan los cuernos, considerados de gran valor pues además de
servir en ocasiones como recipiente también era usado como trompeta
(shofar). La Ley mosaica requería el sonido de la trompeta de cuerno
en ciertas ocasiones; cada Año de Jubileo era anunciado con el
sonido de estas trompetas.
La
cabra daba leche y el estimado pelo de cabra para la preparación de
cobertores y tiendas; como animal de matadero daba carne, al tiempo
que la piel curtida y cosida, servía para los odres de la leche, el
agua y el vino. Y como animales de matadero, tanto la oveja como la
cabra eran también los animales propios del sacrificio.
Entre el ganado mayor, el camello sólo
alcanzaba una cierta importancia en la vida de Israel a partir del
período monárquico.
Antes de que el camello se utilizase
como animal de montura y de carga, ya se utilizaban el asno y el
mulo; los caballos no se utilizaban como cabalgaduras ni como
animales de carga.
El ganado vacuno permanecía en los
establos durante el período de lluvias más intensas.
En la avicultura prevaleció la cría de
la paloma. Era un ave de sacrificio, hasta el punto de que en Israel
no se podía sacrificar ningún otro volátil con fines culturales.
Las gallinas toman importancia en la
época romana. |