Las ropas se hacían de
lana o de pelo de cabra, y las de los ricos de lino o seda. Hasta el
siglo VI a. C. no se conoce el algodón.
Los tintes se
consiguen a partir de almendras para el amarillo, de raíces para el
rojo, de moluscos para el azul y el púrpura, etc.
Los hebreos se vestían
con una larga camisa que llegaba hasta las rodillas o pantorrillas
para el hombre y hasta los tobillos para la mujer. Para trabajar o
andar se recoge en el cinturón de tela con que se ciñe a la túnica a
la cintura. El dinero se guardaba entre los pliegues del cinturón.
La túnica iba cubierta
con un manto: un gran trozo de tela con agujeros para la cabeza y
los brazos.
Hombres y mujeres se
cubrían la cabeza con un turbante o tela que caía sobre los hombros
y se sujetaba en la cabeza mediante un cordón.
Se calzaban con
sandalias hechas de una suela de cuero, madera o trenzada, que se
fijaba al pie mediante correas; a veces las sandalias de cuero
tenían un talón reforzado.
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