Cómo iban
vestidos los novios. Ambos eran ataviados con ricas
vestiduras. El novio portaba una corona de oro, o en su defecto si
su economía no lo permitía una guirnalda de flores recién cortadas.
Las vestiduras de él eran perfumadas con incienso y mirra; el cinto
de seda de llamativos colores y las sandalias cuidadosamente
adornadas con listones.
Ella requería de gran
tiempo para su preparación personal, poniendo gran empeño en mostrar
un rostro brillante y lustroso de apariencia al mármol. Se le
adornaba con todas las joyas de la familia y si no disponía de ellas
eran pedidas prestadas a las amigas.
El novio en
busca de la novia. En ocasiones es la familia de la novia la
que la lleva a la casa del novio. Pero en las más de las ocasiones
es el novio mismo quien va en persona a recogerla para llevarla al
nuevo hogar donde se efectuarán las festividades matrimoniales, no
sin antes haber recibido ella las bendiciones de los padres y
parientes.
La procesión
matrimonial. Los novios salen de la casa de la novia
precedidos por los familiares de ésta, que van regalando a los niños
mazorcas de maíz tostado a lo largo del camino, y seguidos de una
gran procesión. Los convidados que no fueron a casa de la novia
pueden unirse a la comitiva por el camino, siempre portando
antorchas o lámparas, de lo contrario no podrán entrar en la casa
del novio. Parte de la procesión estaba formada por hombres que
tocaban tambores y otros instrumentos musicales y danzaban durante
todo el camino.
En este trayecto la
novia llevaba el cabello suelto y la cara cubierta con un velo.
La llegada a la
casa del novio. Era el momento más importante. Algunas de
las mujeres más ancianas arreglaban el cabello de la novia dejándolo
escondido bajo el grueso velo. Desde ese momento la costumbre dicta
que su cara no sea revelada en público. Se le conduce a su lugar
bajo el dosel, junto a su esposo, donde ambos escucharán nuevas
bendiciones dadas por uno de los padres o por alguna persona
importante que esté presente.
La fiesta.
A los invitados se les exige usar vestido especial para la ocasión.
El banquete está presidido por el maestresala; es su obligación
estar al tanto de que a nadie le falte nada; daba gracias en la
comida y pronunciaba la bendición a los alimentos y el vino.
Después de terminadas
las bendiciones y la fiesta, el esposo era escoltado por sus amigos
a la habitación a la que su esposa había sido conducida previamente.
Las festividades matrimoniales con parientes y amigos duraban toda
la semana, pero el número completo de días de los que se llamaban
"días de matrimonio" eran treinta.
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