Por todos es sabido que a la hora de la
elaboración del belén no existen límites; ya sea un belén abierto, un
diorama, un belén ambiental... o un belén en un cuadro. Lo principal es
tener una buena imaginación.
Podríamos definir los belenes-cuadro como
la combinación entre una pintura y un diorama, de modo que el resultado
fuese una "pintura en relieve".
A la hora de realizar este tipo de belenes
no existen técnicas especiales, sólo tenemos que tener en cuenta la ley
de la gravedad, y tenerlo todo bien sujeto para que dicha ley no se
cumpla. Se combinan técnicas de pinturas (para los fondos y pintados de
casas, para conseguir efecto de lejanía) con técnicas usadas para
realizar las escenas que vamos a representar.
Se cree que el belén-cuadro, nació en la
Asociación de Belenistas de Alicante, siendo en dicha sede donde se
encuentra la que probablemente será la exposición de belenes-cuadro
mayor que se conozca.
Otro tipo de belenes-cuadro, aunque quizás
menos sofisticados que estos, es el realizar una pintura (con cualquier
tipo de técnica de pintura: óleo, acrílico, etc.), e ir dándoles relieve
mediante técnicas de entelado con cola de carpintero y diversas telas
para darle vida a los ropajes de la pintura.
Centrándonos
en los belenes-cuadro realizados por Manuel Zambrana, podemos apreciar
la combinación de las técnicas citadas anteriormente. Se observa con
todo tipo de detalles la recreación y maestría de las escenas creadas
por el autor.
El hecho de ser un belén cuadro no le
impide poner gran cantidad de figuras, acompañado del efecto luminoso
noche-día o incluso combinarlo con todo tipo de vegetación.
Por último, sabiendo que apenas existe
grosor, cabe destacar la gran profundidad generada debido al juego que
le da el crear las escenas a diferentes escalas.
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