EL BELEN NAPOLITANO

 

Historia

Es en la segunda mitad del siglo XVIII, en el Reino de Dos Sicilias, cuando la escenificación del Nacimiento alcanza su mayor esplendor. La Corte, la nobleza, la alta burguesía y posteriormente el pueblo disfrutan de sus belenes, adquiriendo éstos una original personalidad.

La tradición de los presepi fue primeramente impulsada por los virreyes de Nápoles; sin embargo, es Carlos III quien tiene el papel más importante fundando la Fábrica de Porcelana de Capadimonte, a la que mandó realizar figuras para el Belén privado de palacio, y en el que intervinieron para su realización innumerables artistas y artesanos de gran talla (arquitectos, escultores, pintores, plateros, orfebres, ceramistas, sastres, etc.)

Las figuras

Son de unos 30 a 40cm y están articuladas.

Algunos artistas modelaban el conjunto de cabeza, cuello y pecho (testinas), otros el cuerpo entero (academias), aunque por lo general están hechas con un armazón de alambre recubierto de estopa, con las extremidades talladas en madera y la cabeza modelada en terracota o porcelana con los ojos de vidrio incrustados. Están vestidas con lujosos ropajes y van acompañadas de gran cantidad de accesorios (finimenti) hechos por especialistas y que sirven para establecer o subrayar la personalidad de los diferentes espacios y personajes. Estos finimenti son delicadas miniaturas hechas de diferentes materiales y técnicas como metales nobles, ébano, marfil, hueso de vaca, barro, etc.

Escenografía

Se caracteriza por su espectacular escenografía y por la cantidad de figuras cuyas escenas están dotadas de gran realismo y expresividad.

La escena principal, es decir, el Nacimiento, se monta sobre las ruinas de un templo pagano rodeado por toda la corte celestial (ángeles y querubines), a la que se le añaden otras construcciones para la ambientación de las distintas escenas, en las que los protagonistas son siempre hombres comunes, humildes, que representan la vida de todos los días; cada uno retratado mientras pasa el rato o desempeña su trabajo en el mercado, la hostería, la taberna, los diferentes oficios, el pastoreo y el cortejo real.

Como curiosidad

Se iluminaban con luz natural, sobre un decorado natural o artificial y se ponían velas que se reflejaban en espejos dirigiendo la luz hacia los puntos que se querían resaltar. Se ponían delante botellas con líquidos de colores para dar notas de color.

 
Autor Faxcinatrix
Fuentes - El Belén Napolitano del Museo Nacional de Cerámica y Artes Suntuarias González Martí
  Publicado por el Ministerio de Cultura
  Autoras: Liliane Cuesta y Mª Paz Soler. Conservadoras del Museo
 

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