EL VIAJE DE LOS REYES MAGOS

 

Saber exactamente lo que motivó a los Magos a efectuar su viaje ha sido largamente discutido.

Diversos autores defienden las teorías sobre si lo que esperaban encontrar era un rey o un ser divino.

Vicente París, en su artículo "La misión oculta de los Reyes Magos", publicado en la revista Más Allá de la Ciencia, en el Monográfico nº 55/Año XX, aporta datos sobre que era posible que el origen de los Magos fuese persa o iranio, seguidores de la religión de Zoroastro, y que obedecían los textos de antiguas profecías que auguraban el nacimiento de un Gran Rey.

Siguiendo esta línea teórica, recordamos cómo en el Evangelio Arabe de la Infancia, se explica detalladamente el momento en que estando los persas celebrando el 25 del primer Kanun, una estrella apareció en la noche, semejante a un gran sol, y al ser consultados los sacerdotes sobre aquel prodigio, anunciaron el nacimiento del Rey de los Reyes.

Así pues, tres reyes hijos de reyes de Persia, partieron con los presentes de tres onzas de oro, incienso y mirra, al primer canto del gallo, abandonaron su país, con sus mejores trajes y ornamentos, sus tiaras y tesoros y nueve hombres que les acompañaban, guiados por la estrella, al encuentro del nuevo Rey.

Si bien, se ignoran los datos sobre qué ruta debieron de tomar o a lomos de qué animal o en qué transporte hicieron el viaje. Si que se menciona más adelante que el viaje no debió de durar más de un día, citamos textualmente: "... Y María y José insistieron: ¿Cuándo habéis salido de allí? Y ellos dijeron: Ayer tarde había fiesta en nuestra nación... partimos de Persia al primer canto del gallo, hemos llegado hoy a vosotros, a la hora tercera del día".

Por otra parte, el Evangelio Armenio de la Infancia, nos relata en primer lugar que llegaron los Magos a Jerusalén con numeroso ejército, después de nueve meses de viaje, provenientes de la tierra de los Magos, en Oriente, por orden de Dios.

También describe que el ejército o comitiva estaba formado por cuatro mil hombres de cada reino, hasta un total de doce mil.

Retomando el artículo de Vicente París, en su primer Anexo, nos dice que no es seguro que el animal que los transportase fuesen los camellos, y que San Agustín defendía que eran dromedarios, más veloces que los camellos.

En algunas representaciones artísticas, vemos además de camellos o dromedarios, a los Magos a lomos de caballos, e incluso de elefantes, quizá para enfatizar el origen diverso que se les supone.

No tenemos constancia del medio de transporte que debieron utilizar en su viaje. Si bien, tampoco nos cuesta pensar que de haber realizado un viaje tan largo y atravesando regiones con condiciones climatológicas, digamos "difíciles", los animales que los transportaban debían ser muy resistentes. Quizá no nos alejemos mucho al pensar en la familia de los camélidos, camellos y dromedarios como un medio de transporte idóneo, pero no podemos asegurarlo a ciencia cierta.

Sobre el cortejo o acompañamiento, suponiendo que fuesen reyes o sabios, sí que resulta creíble que no viajasen solos. Simplemente por cuestiones de seguridad y logística, pues teniendo que realizar un viaje posiblemente largo (recordemos los 9 meses que según el texto armenio de la Infancia duró el viaje), estarían expuestos a numerosos peligros, por lo que llevar guardas sería lo lógico; además de diversos animales para transportar tiendas o refugios, alimentos y agua, con los consiguientes encargados de estos animales, que bien podrían ser siervos o esclavos.

Sobre la ruta que siguieron, parece igualmente lógico que siguiesen algún tipo de vía comercial, pues solían enlazar ciudades.

Siendo así, hemos encontrado información sobre la antigua "Ruta del Incienso" que discurre por el actual Yemen. Con ciudades que crecen en medio de auténticos vergeles en el desierto, con exquisitas casas de adobe, y donde son cultivadas las comniforas y boswelias, productoras de incienso y mirra.

Resulta curioso que en todas las referencias consultadas, la idea que fue en las ciudades de Habban y Azzan, donde los magos encontraron las reliquias que después ofrendarían al niño Jesús, se da como cierta.

¿Realizaron el viaje siguiendo esta ruta? Como decíamos anteriormente, tal parece que sí, pero no tenemos la certeza de ello. Consultando mapas de la zona, situando la antigua Persia, Palestina y Yemen, en la antigüedad Saba, el rodeo que debieron dar para recoger sus reliquias en estas ciudades y volver después a atravesar el desierto de Arabia, resulta casi descabellado.

Pero si lo que hicieron fue un acto de fe, no lo sería tanto. Puede que el origen de sus tesoros estuviese allí y se hiciesen traer ex profeso para llevárselas al niño.

Sin duda alguna, pensar en los Reyes Magos, e intentar descubrir sus pasos, resulta cuanto menos fascinante.

 
 

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