Muchas son las escenas bíblicas que
montamos en nuestros belenes sin saber exactamente cuál es su
procedencia o tradición. Para su confección los belenistas
recurrimos no sólo a la imaginación, que es bastante amplia, sino
también a los datos históricos de los que disponemos, así como de
otros textos, entre los que pueden encontrarse los evangelios
apócrifos o la Leyenda Dorada y de los que a lo largo de los siglos se han nutrido
innumerables artistas para la elaboración de sus obras. |