Herodes (en hebreo
הוֹרְדוֹס
Hordos), más conocido como Herodes el Grande (en griego Μέγας
ἡρῴδης) o Herodes I (Ascalón, 73 a. C. - Jerusalén, 4 a. C.), rey de
Judea, Galilea, Samaria e Idumea desde el 40 a. C. hasta su muerte,
en calidad de vasallo de Roma. Su figura es conocida por instigar,
según el cristianismo, la Matanza de los Inocentes; también destaca
por ser el impulsor de la expansión del Segundo Templo de Jerusalén,
de tal forma que a ésta se la denomina habitualmente como Templo de
Herodes.
Herodes El Grande
fue un gran líder político, militar y constructor. Si bien su linaje
era judío, su pensamiento y educación eran claramente griegas, por
lo cual podríamos calificarlo más como un rey extranjero que gobernó
a Judea durante y a nombre de la opresión romana. Siempre tuvo este
sino sobre él, pues el pueblo nunca lo consideró judío debido a su
origen idumeo.
Fue nombrado en el
año 47 a. C. procurador de Judea por Julio César. Herodes se ganó la
confianza de los romanos, obteniendo su apoyo para derrocar a la
estirpe judía de los asmoneos. En el año 40 a. C. consiguió de Marco
Antonio, triunviro de Roma y poseedor de la parte oriental del
Imperio romano, el título de rey de Judea.
Se casó en el 38
a. C. con Mariamne, hija de Alejandro, hijo a su vez de Aristóbulo
II, de la estirpe de los asmoneos. Herodes era enemigo de la familia
asmonea que había reinado hasta ese momento en Judea. En sus luchas
para la conquista de Jerusalén, y con el apoyo romano en Siria,
consiguió que en el año 37 a. C. fuera degollado Antígono II, hijo
de Aristóbulo II. Eliminaba así al más directo aspirante a
arrebatarle su título de rey.
Intentó mejorar
sin éxito su imagen ante el pueblo judío. Realizó una política de
mejoras, entre las que destacó la reconstrucción del Templo de
Jerusalén, iniciada en el 22 a. C., o la fundación de la ciudad de
Cesarea, una ciudad portuaria de carácter occidental construida en
honor al dueño del Imperio tras la batalla de Accio, Cayo Julio
César Octaviano. Fue un gobernante eficaz que impulsó el comercio y
la economía de su pueblo. En época de hambruna (25 a. C.), se
deshizo de gran parte de la riqueza de sus palacios para comprar
trigo a Egipto.
Hizo ejecutar a
toda la familia rival derrocada, incluyendo al abuelo (Aristóbulo II)
y al hermano (Aristóbulo III, sumo sacerdote ahogado en unos baños)
de Mariamne, su mujer. También a ella la mandó ejecutar en 29 a. C.,
y un año después a la madre de Mariamne. Asimismo eliminó a dos de
sus propios hijos (Aristóbulo y Alejandro), atendiendo a rumores de
conspiración contra su persona, levantados por otro hijo, Antípater,
a quien también ejecutó años más tarde por intentar envenenarle.
Herodes tuvo
muchos hijos de sus diez esposas. Aunque designó sucesor a su hijo
Arquelao, a su muerte, el emperador Augusto repartió el reino entre
tres de sus hijos Arquelao (Etnarca de Judea, Samaria e Idumea),
Herodes Antipas (Tetrarca de Galilea y Perea) y Herodes Filipo
(Tetrarca de Batanea, Gaulanítide, Traconítide y Auranítide). Murió
en Jerusalén hacia el 12 o 13 de marzo de 4 a. C.
Herodes en el Evangelio de San Mateo
Herodes el grande
aparece como protagonista de un pasaje de la Biblia, en el Evangelio
de San Mateo (cfr. Mt 2, 1-18). Conociendo por los Magos de
Oriente el nacimiento del "Rey de los judíos", al que anuncia una
estrella surgida en el cielo, Herodes hace indagar a los escribas y
sacerdotes del Templo de Jerusalén dónde indicaban las profecías
antiguas que iba a nacer el Mesías; los sabios contestan recordando
la profecía de Miqueas (Miq 5, 2), que señala a Belén, el pueblo del
rey David, como lugar del nacimiento del Mesías. Después de despedir
a los Magos invitándoles a que ellos mismo se cercioraran y le
comunicaran luego lo que supieran del niño nacido, Herodes manda
matar a todos los niños menores de dos años nacidos en Belén y sus
alrededores. La narración termina contando la huida de María, José y
el Niño a Egipto, donde permanecieron hasta la muerte de Herodes.
La narración se
encuadra cronológicamente en fechas poco anteriores a la muerte de
Herodes, dato que sirvió al cronista Dionisio el Exíguo para
calcular el nacimiento de Cristo y el comienzo de la Era Cristiana,
base del actual Calendario Gregoriano que adolece de la imprecisión
de esa fecha concreta.
Ningún historiador
de esos tiempos hace mención al hecho, por lo que parece más
probable que sea un relato ficticio con fines catequéticos, junto
con el de la adoración de los magos, aprovechando la imagen de
sanguinario que tenía Herodes entre el pueblo judío.
Esa leyenda de la
matanza de los inocentes puede encontrarse en otras mitologías, como
la hindú acerca del nacimiento de Krishna en Mathura, cuando su
malvado tío materno, el rey Kamsa, hizo degollar a todos los niños
del país, ya que una profecía le avisó que su sobrino le mataría y
ocuparía su lugar de rey. |