La fortaleza es uno de los lugares
históricos más importantes desde el punto de vista arqueológico de todo
Israel. Situada en una meseta rocosa que se eleva sobre la orilla
occidental del Mar Muerto, a 440m sobre su nivel, al borde del desierto
de Judea y a una distancia de unos 50km al sureste de Jerusalén. Su fama
viene dada por la resistencia que en tiempos de Herodes Agripa II,
ofrecieron los patriotas judíos refugiados en la fortaleza del
promontorio tras la caída de Jerusalén en poder de los romanos.
Con el nombre hebreo de Mesadah,
derivado del arameo Mezad y que significa "fortaleza", se conoce
este enclave. La estructura del lugar, no mencionado en la Biblia, hizo
de Masada una fortaleza natural casi inexpugnable, con sus lados
cortados a pico y entre los 240 y los 180m de altura sobre los niveles
que lo circundaban.
La mención más antigua de esta fortaleza
se halla en Flavio Josefo, describiendo con detalle dicho lugar,
aludiendo al más antiguo de sus constructores, el sumo sacerdote
Jonatham. Dado que está en discusión si este Jonatham era hermano de
Judas Macabeo o era el propio Alejandro Janeo (llamado Jonatham), la
fecha de su primera fortificación no puede fijarse con exactitud.
En el año 42 a.C. se apoderó de ella
Antipatro de Idumea, pero fue su hijo Herodes el Grande, quien hizo de
Masada un lugar inaccesible para su propia seguridad, temeroso de un
ataque de los nabateos, de una revuelta judía, o de que fuera depuesto
por Marco Antonio y entregara Judea a Cleopatra, la reina de Egipto.
Para ello la dotó de agua, reservas de subsistencia y una serie de
importantes construcciones palaciales a partir del año 37 a.C. El
recinto fortificado, formado por un doble muro de casamatas reforzado
con 37 torres rectangulares, de unos 1300m de longitud, que rodeaba toda
la meseta del roquedo, excepto por su lado norte, prácticamente cortado
a pico. Cuatro puertas posibilitaban el acceso al interior. En el sector
norte se situaron las principales construcciones, aprovechando los tres
grandes desniveles o terrazas naturales del roquedo. En la terraza
superior estaba su villa-palacio, llamado Palacio del Norte o también
Palacio Colgante, dotado de una gran balconada o azotea semicircular;
las cuatro salas del mismo y algunos corredores estaban ornamentados con
mosaicos negros y blancos, de clara influencia romana y con pinturas al
fresco. Al sur del palacio, un muro lo separaba del resto de Masada.
Tras la muerte de Herodes la fortaleza
pasa a manos de su hijo Arquelao y, después de desaparecido éste, su
seguidor Eleazar bar Yaïr regresó a Masada con ánimo de defenderla.
Desde la fortaleza se dedicó a la rapiña por toda Idumea y, después de
la captura de Jerusalén y su destrucción por Tito en el año 70, el resto
de los insurgentes contra Roma buscaron refugio en Masada, pero,
asediados por la Legio X Fretensis (en teoría 6.000 soldados a los que
habría que añadir las tropas auxiliares, otros 900 soldados más),
mandada por el general Flavio Silva, legado de Judea, quien tras seis
meses de asedio acabó por tomarla el 16 de abril del año 73. Las
personas que en ella se habían refugiado prefirieron incendiar sus
casas, enseres y bienes y matarse entre sí antes de caer en manos
romanas. Flavio Josefo, en "Guerra de los Judíos" (VII, 8-9) describe el
trágico fin de los asediados, que, en un ambiente de total fanatismo
religioso y convencidos por su jefe Eleazar bar Yaïr, prefirieron darse
muerte. Cuando los romanos pudieron acceder a la fortaleza hallaron,
además de las ruinas humeantes, los cadáveres de 960 personas y tan solo
dos mujeres y cinco niños como supervivientes.
Durante las Cruzadas fue lugar de refugio
de los monjes en Tierra Santa. Más tarde sería abandonada a su suerte
hasta que en 1838 el arqueólogo Edward Robinson encontró e identificó el
lugar como Masada.
Trabajos arqueológicos
Comenzaron en 1838. Estas primeras
excavaciones permitieron descubrir en una gruta vestigios calcolíticos
del cuarto milenio precristiano. Durante la Edad del Hierro fue también
ocupado el lugar, según ha demostrado la cerámica hallada. Del período
asmoneo se han encontrado diferentes monedas de Alejandro Janneo (103-76
a.C.). De la etapa herodiana se han localizado fortificaciones,
palacios, graneros, termas y diferentes trabajos hidráulicos construidos
para facilitar el abastecimiento de agua, como cisternas y un acueducto.
De la revuelta judía de los años 66-73 datan una serie de edificios, una
pequeña sinagoga y unos baños rituales, así como otros materiales
propios de la vida de los zelotes. Los romanos, que ocuparon Masada
desde el año 73 al 111, añadieron algunos edificios sin apenas
relevancia arqueológica. |