Flavio Josefo la llama "Baris"; la
describe como una importante construcción rectangular de 100m de
longitud por 50m de ancho, que se levantaba, rodeada de un gran foso de
20m de profundidad. Sus torres, tres de 25m y una, la que dominaba el
Templo, de 35m; sus murallas estaban revestidas de placas de hierro. En
su interior disponía, además de los alojamientos necesarios para los
soldados, de habitaciones y baños para el rey. Dos escalinatas
descendían al área del Templo y una tercera conectaba la fortaleza con
una torre en la puerta oriental del interior del Templo.
Fue construida por Juan Hircano en la
época de los macabeos. En ella se guardaban las vestiduras del Sumo
Sacerdote. Más tarde fue sumamente fortificada y embellecida por Herodes
el Grande, quien le da el nombre de Torre Antonia en honor al triunviro
Marco Antonio, aliado político que le ayudó en su ascenso al trono.
Estaba ubicada en la parte noroeste del
Templo.
En el período de los procuradores romanos,
una guarnición de soldados fue ubicada permanentemente en su interior,
desde donde siempre era posible vigilar y controlar el interior del
Templo en caso de disturbio o rebelión.
Durante la fiesta de la Pascua, el
procurador romano, cuya residencia oficial se encontraba en Cesárea
Marítima, se trasladaba a Jerusalén tomando como residencia la Fortaleza
Antonia.
La tradición identifica esta torre con el
Pretorio de Pilato, donde Jesús fue condenado a la cruz. Las evidencias
arqueológicas descubiertas en 1928 confirman, tras el descubrimiento de
un pavimento de unos 1500m² en el interior de Torre Antonia. Las losas
tienen 1m por cada lado por 40 ó 50cm de espesor, con estrías para que
no resbalasen los caballos. Puede ser perfectamente el "gabbatá" o
enlosado mencionado en Juan 19:13.
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