HISTORIA

 

EL TEMPLO DE JERUSALEN

 

El primer Templo, construido por Salomón en el año 950 a.C., fue destruido por los babilonios en el año 856 a.C. A su regreso del exilio en Babilonia, los judíos levantaron otro más pequeño, entre el 520 y el 516 a.C. En el año 20 a.C., queriendo ganarse la estima del pueblo, Herodes decide agrandarlo y volver a darle el esplendor de antaño; es inaugurado en el 9 a.C. y terminado en el 64; es destruido por los romanos en el año 70.

Josefo nos cuenta en su libro "Antigüedades", que al comienzo de la obra fue necesario contratar a 10.000 obreros laicos (canteros, carpinteros, plateros, orfebres, fundidores de bronce...) y 1.000 sacerdotes adiestrados en albañilería para encargarse de los trabajos de construcción de los recintos sagrados ya que para los laicos estaba prohibido.

El nuevo Templo resultaba grandioso. Construido sobre los planos del primero, de piedra blanca, realizado con placas de oro, se yergue en el centro de una explanada de 480m de largo por 300m de ancho, cubierta de mosaicos de colores, desde la que se domina toda la ciudad con sus pórticos de soberbias columnas de mármol, despierta la admiración de todo el Mediterráneo.

En su interior, a diferencia del Tabernáculo que sólo disponía de un atrio, el Templo disponía de "falsos espacios comunes": el atrio de los gentiles, el atrio de las mujeres y el atrio de los judíos. Estos servían sólo para manejar y contener a las masas, ya que Dios había dado instrucciones precisas a Israel de cómo debían tratar a los extranjeros. Si ellos aceptaban formar parte del pueblo de Dios, aceptando las Leyes y mandamientos que les había dado, debían contarlo como uno de ellos (Exodo 12:48; 22:21 y Levítico 19:33-34).

La barrera entre el patio exterior, abierto a los gentiles, y el patio de las mujeres, era de aproximadamente 1.20m de alto. A lo largo de este muro se encontraban señales de advertencia, escritas en griego y latín y situadas a intervalos con inscripciones que decía:

"A ningún extranjero se le permite pasar más allá de esta barrera y la pared que rodea el Templo. Quienquiera que sea tomado violando esto, será el único responsable de la pena de muerte que le sobrevendrá".

Esta era la única ofensa por la que las autoridades judías podían ejercer la pena de muerte, aun en ciudadanos romanos, sin consultar a Roma.

Una de estas piedras del Templo de Herodes fue recuperada en 1871 en un cementerio y, en 1935, cerca de la Puerta de San Esteban fue hallada otra.

Estructura del Templo

Conservó la estructura del de Salomón, aunque con más altura. En su ángulo noroccidental se construyó la célebre e inexpugnable Fortaleza Antonia dedicada al triunviro Marco Antonio.

El área del Templo, que según la Misnah medía "quinientos codos cuadrados", estaba flanqueada por cuatro torres en sus esquinas, todas ellas diferentes.

La Misnah también describe las cinco puertas del monte del Templo (dos al sur y, una al norte, este y oeste) y las siete puertas del edificio del Templo: "El atrio interior tenía en el sur y en el norte tres portales, y en el este, una sola puerta, la Puerta Grande". De éstas, la más importante era la de la "Cámara de Fuego", con "cuatro habitaciones, con celdas abiertas a una sala abovedada, espaciosa y rodeada de terrazos de tierra".

El Santuario no estaba situado en el eje de simetría, sino que el espacio mayor abierto se encontraba en el sur. A él sólo podían acceder los sacerdotes y en su interior se encontraban la menorah (candelabro de siete brazos), la mesa del pan ácimo y el altar del incienso. Más allá, un velo ocultaba el Sancta Santorum, una gran sala completamente vacía a la que sólo podía acceder el Sumo Sacerdote una vez al año para quemar incienso el día de la expiación.

El atrio de las mujeres tenía 135 codos de largo por 135 codos de alto; tenía cuatro estancias en los cuatro ángulos de 40 codos cada una. Según la Misnah, la función de cada una de estas estancias o patios era: que los nazarenos ofrecieran sus sacrificios "pacíficos" en una olla; separar la madera corrompida; separar a los leprosos y guardar el vino y el aceite.

Para acceder a los dos siguientes niveles, el atrio de los judíos y el de los sacerdotes, se subía por quince gradas semicirculares y por un muro de separación de dos codos y medio.

En el atrio interior se encontraba el Santuario; en él estaba el altar de los holocaustos de 32 codos cuadrados, con una rampa de acceso de 32 x 16 codos, separado del Santuario por 22 codos y 12 gradas de 1 x ½ codos.

La descripción de la fachada sólo se encuentra en "Antigüedades" (XV.XI, p. 119) de Josefo: "El Templo, lo mismo que el pórtico real, era más alto en el centro que en las alas laterales".

Autor Faxcinatrix
Fuentes - Israel en la Antigüedad
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El Monte del Templo en Jerusalén
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Hebreos.net

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Historialago.com
Imágenes - Israel en la Antigüedad
 
 

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