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BOLETÍN INFORMATIVO Nº 19. Abril 2010 Asociación de Internautas Belenistas Boletín gratuito
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NOCHE ESTRELLADA.- Por Javier de la Fuente Montenegro Hacía pocas horas que había llegado a aquel lugar. En mi cabeza todavía bullían las emociones que había experimentado al llegar a la antigua ciudad de Petra. Ya había anochecido y mientra los dromedarios de la caravana descansaban un poco más lejos, nos habíamos reunido en torno al fuego para escuchar las fascinantes historias de los hombres del desierto. Yo miraba absorto la inmensidad del cielo, infinitamente plagado de estrellas. Aquel silencio, la majestad del desierto, aquella paz... Me sentía como en otra época, y aunque el lugar era el mismo, todo parecía distinto. No había ruinas, sino una floreciente ciudad cruce de rutas y civilizaciones. Había otros campamentos, otras caravanas y otros hombres reunidos en torno a las hogueras. Cerca de donde yo me encontraba, se discutía acaloradamente en otras lenguas que para mi eran totalmente desconocidas. Tres hombres sabios rodeados de otros tantos que los acompañaban miraban a la vez los mapas y levantaban la mano hacia el cielo, mientras lo recorrían con el dedo índice, como si quisieran así trazar un camino. Yo sabía perfectamente quienes eran, y hacia dónde iban. los conocía desde siempre, los había buscado, me habían fascinado con el misterio que les rodeaba. De pronto el viento agitó las hojas de las palmeras, desde la oscuridad llegó el sonido de un camello protestando y del cielo surgió una luz que todo lo envolvía. Ellos dijeron: "Es la hora", y se levantaron. Llamaron a su séquito y recogieron sus cosas para marcharse. Yo les sonreí cuando pasaron a mi lado, dejándome como envuelto en un sopor que olía a especias, a mirra y a incienso. Abrí los ojos y pude ver de nuevo a los míos en torno al fuego. La noche seguía en calma, pero yo me sentía como renovado por dentro. Volví a sentir aquella extraña inquietud, aquella emoción tan deliciosa que me embarga al pensar en ella. Me sentí de nuevo como el niño que fui hace tiempo. Volvía a ser Navidad. Entonces recordé una cita que leí no hace demasiado tiempo, de Mary Ellen Chase: "La Navidad no es una fecha, es un estado de la mente" a lo que me gustaría añadir que, también es un estado del corazón y del alma.
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